miércoles, 13 de septiembre de 2023

Sugar tax (1991) de OMD

     Sucedió que mis amados OMD casi ya a finales de los 80 se separaron tras ciertos desacuerdos que no vienen mucho ahora a cuento. Yo lógicamente lo sentí mucho, pero por fortuna, en 1991 Andy McCluskey, casi en solitario esta vez, llevó adelante un nuevo trabajo discográfico; todo un acierto que fue a la vez un sonado éxito comercial. Para mi gusto, fue también un merecido éxito artístico por supuesto. Dicho disco lleva por título 'Sugar tax' (1991) y le tengo por uno de los mejores trabajos del grupo británico de tecno-pop por excelencia: OMD

    Recuerdo perfectamente la primera vez que lo escuché; fue gracias a mi amigo Toni, quien me prestó su cinta de música con el disco 'Sugar tax' (1991) de mis, ya por aquel entonces, queridos y adorados OMD  Ocurrió todo esto, como siempre, durante mi estancia veraniega en el pueblo, supongo que ese mismo año de 1991  Me encontraba yo tumbado en la cama una noche, que como solía hacer antes de proceder a pasar a manos de morfeo, mientras dedicaba un tiempo a escuchar música desde mi viejo y fiel walkman Sony WM-BF28 el cual incluía baterías recargables (todo un lujo de aquella) y además  radio AM/FM  Total, que Introduje la cinta de música de OMD, le di al play y ahí comenzó todo.

    Fue tanta la impresión que me produjo escuchar el arrollador  segundo tema del disco; 'Pandora's box' que me vi obligado a escucharla repetidamente varias veces seguidas (incluso llegué a pensar que le iba a estropear la cinta) era una locura de canción. Me dio como un subidón de impresión; lo recuerdo perfectamente: quedé abobado. Era/es un canción pegadiza como ella sola. Absolutamente homérica en cuanto a armonía y donde la melodía principal me dejó casi exhausto. Su sonido es totalmente flipante; cascadas de sintetizadores, secuenciadores y cajas de ritmo todo al unísono. Aluciné de cómo se podía haber compuesto semejante canción. Es a día de hoy que quizás sea la canción que más veces he escuchado en mi vida...no sería raro estar hablando de más de 500 veces...

    En fin, que el disco entero me emocionó por completo. Todo el conjunto de canciones me entraron directamente al cerebro y al corazón a partes iguales, seguro que mis neuronas se revolucionaron a tope. Con este nuevo disco OMD ofrecía claramente un cambio de sonido y de estructura musical. La nueva década de los 90 llegaba fuerte; con un arsenal de sintetizadores perfectamente conectados a los nuevos ordenadores y samplers. Todo ello unido a una magnífica ejecución musical, donde los diversos arreglos instrumentales mejoraban todavía más cada canción. Una maravilla para los oídos. Unos oídos míos todavía en fase preparatoria para lo que tendría que venir años después.

    No tardé mucho en hacerme con este formidable y maravilloso disco de OMD, de hecho fue gracias a mi amigo Pepín, que conseguí comprarle su ejemplar de 'Sugar tax' (1991) en formato CD por supuesto. Lo deseaba escuchar con la mayor calidad sonora posible. Y así fue; se lo compré por creo 1000 pesetas (unos 6€ al cambio) nada mal, la verdad. Siempre me quedó la duda de por qué Pepín se quiso deshacer de este nuevo disco de OMD... ¿se habría cansado de él? ¿lo encontró demasiado comercial?  Fuera lo que fuese, nunca lo llegué a comprender del todo.

    Una cosa curiosa y a la vez muy muy gratificante para mí, es el poder estar informado, a través de la wikipedia, de todo el material musical electrónico que se usó para para la grabación de este fantástico disco 'Sugar tax' (1991) de OMD; una pasada...vamos. Al menos a mí me resulta bien productivo el saber qué marcas y modelos de sintetizadores, sobre todo, se utilizan al grabar cada disco.

    Andy McCluskey contó con la colaboración de los teclistas ingleses Nigel Ipinson y Phil Coxon, quien este último también ejerció labores de productor, para la grabación del álbum. Obviamente ambos realizaron un excelente trabajo. También Andy Richards, famoso productor (sobre todo por colaborar durante los años 80 con Pet Shop Boys) compositor y teclista británico, intervino en el desarrollo de este fantástico álbum de OMD  El estilo musical del disco es bien diferente a los anteriores trabajos del grupo; inclinándose esta vez, más en el apartado electrónico con claras referencias al dance, pero sin dejar de lado su vena más tecno-pop. Eso sí, dejando a un lado los instrumentos acústicos (batería, bajo, metales, vientos, etc.) que hasta entonces eran parte fundamental de sus trabajos discográficos. En general, las canciones de este 'Sugar tax' (1991) mantienen un sonido limpio y uniforme, donde los nuevos sonidos que aportan los sintetizadores más actuales, reflejan un cambio de década bastante significativo. Cambio que OMD, solo con Andy McCluskey al frente, mantendría en sus dos siguientes discos.

    Las canciones más maravillosas para mí son:

    'Pandora's box' con bastante diferencia. A pesar de ser un tema redondo y sin demasiadas complicaciones estructurales, me sigue emocionando prácticamente como la primera vez. Una de las más bellas armonías jamás compuestas por OMD es lo que presenta esta maravillosa y excitante canción. Los acordes de los teclados de fondo son muy muy emocionantes. Me ponen la piel de gallina. Aunque también los coros me dejan alucinado por lo bien que encajan. La línea del bajo sintetizado es sumamente bonita y va pareja muchas de las veces a ese magnífico riff  principal de sintetizador. Todo un número uno en canciones redondas, como yo digo. Preciosa a más no poder.

    'All that glitters' es el tema final del disco. Una bellísima balada cargada de sentimiento. Encantadores teclados que adornan perfectamente la armonía general. En ella, la melodía vocal juega también un papel muy destacado. Decir que me emociona es decir poco, la verdad. Es una de las mejores canciones sin duda de este pedazo de disco. Merece la pena escucharla con tranquilidad, sin distracciones y fijándose bien en cada detalle (Bueno...esto se podría aplicar por supuesto a todos y cada uno de los discos sobre los que he escrito en este blog) La considero otra obra maestra de OMD

    'Sailing on the seven seas'  Impactante canción es esta que abre el álbum. Con una potente programación rítmica, definida por un soberbio sonido percusivo-electrónico, que se mantiene a lo largo de todo el tema es parte fundamental de su encanto. El riff del piano es muy chulo; ahora que los teclados de fondo marcando esos acordes tan suaves me parecen geniales. Un gran tema sin duda.

    'Speed of light' rezuma melodía por los cuatro costados, y su estructura en plan disco-tecno-dance no hace más que incitar al baile. De nuevo nos encontramos con un tema de no muy difícil composición, pero con un poderoso sonido y suficientes dosis melódicas como para quedarse pegado a la cabeza durante bastante tiempo. Esos coros sampleados que suenan de fondo la mayor parte del tema, realzan un montón la canción. Aunque diría, para mi gusto, que la melodía de los sintetizadores que gira en torno a la parte vocal es absolutamente deliciosa. Así como el resto de riffs de teclado/sampler. No olvido tampoco esos coros femeninos tan intensos ya casi al final, que por supuesto me encantan. Esta canción es verdaderamente preciosa, y desborda muchísima emoción con su adorable melodía. 

    'Then you turn away'  Es un tema con magníficos sonidos y donde el ritmo tirando a pausado, juega un formidable papel dentro de toda la estructura general de la canción. De nuevo la línea del bajo marca buenamente la armonía conjunta. Me gusta mucho ese cambio a mitad de canción, para pasar luego a una parte instrumental muy chula. La parte vocal a cargo de Andy McCluskey es preciosa también. Y como digo, el sonido de los sintetizadores es tremendo.

    'Was it something I said' es otra adorable canción de corte tirando a lento, aunque sin llegar del todo a ser considerada una balada, si es verdad que su cadencia vocal parece serlo. Me gusta mucho por su bella armonía, sus mágicas notas musicales, su sonido, sus arreglos, su ritmo y sobre todo por esos fantásticos acordes de teclado; los cuales me da la sensación de ser, junto a la voz de Andy, la parte principal del tema. Una maravilla, por supuesto. 

    'Call my name' sería una de las incluidas como canciones pegadizas y en cierto modo comerciales, que me resultan muy melódicas por motivos propios. Se trata de otra desbandada donde los sintetizadores, confiriendo un marcado estilo tecno-disco,  encajan a la perfección con una programación rítmica casi desenfrenada pero sin pasarse lo más mínimo. La armonía es muy buena y me gusta bastante.

    Parece claro que las cinco primeras canciones del disco son las que mejor se ajustan a mis gustos; añadiendo, claro está, el homérico tema final 'All that glitters' el cual finaliza majestuosamente bien este gran disco de OMD  El resto de temas no me llegan a emocionar de esa forma, lo que no quita que no me gusten, ni mucho  menos, como por ejemplo esa pequeña joya que es 'Walking on air' con sus virgueros sonidos de sintetizador (Korg M1?) solo que están en otra línea de emociones.

    Mencionar, antes de terminar este post, que la canción 'Neon lights' como muchos ya sabréis, es una acertada versión del clásico del cuarteto alemán más famoso del tecno-pop: Kraftwerk incluido en su álbum 'The man machine' (1978) y que aquí Andy McCluskey supo enfocar adecuadamente para la época actual.

    Entre las notas de producción figura el uso, como antes comenté, de varios modelos de sintetizadores; entre ellos cabe destacar el novedoso y revolucionario Korg M1  Todo un referente en la década de los años 90 con sus poderosos sonidos. Sin embargo exceptuando el Casio CZ 230s en formato teclado, el resto de sintetizadores y samplers utilizados fueron módulos rack de sintetizador, es decir sin teclado físico. De entre ellos destacaré algunos como el potente Akai S1000 sampler, el impresionante Oberheim Matrix 1000, el Roland D110, el Roland Super JX o el Yamaha TX8 1Z   En cuanto a las cajas de ritmo figuraron la Alesis HR16 y la Yamaha RX-5  además del famoso ordenador Atari ST1040 y el software de secuenciación Steinberg Pro24 v3  Todo este arsenal originó el estupendo sonido del disco 'Sugar tax' (1991) de OMD el cual quedará ya como parte importante del catálogo musical electrónico mundial.

    

    

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