Para los que amamos la música (en varias de sus vertientes), sentarse cómodamente a escuchar nuestra música favorita, o en su defecto a veces descubrir nuevos artistas, es todo un placer que va más allá de apreciar sonidos y melodías.
En mi caso (e imagino y espero que como el de muchos de vosotros), ese placer remueve muchos de mis sentidos, emocionándome según que canción es esté reproduciendo en cada momento. Claro que, como ya indiqué en posts anteriores, esa calidad sonora depende mucho del tipo de reproductor por el que salga toda esa información musical, bien en modo analógico o modo digital (como suele ser más frecuente hoy en día, por lógica) La cosa es que, al final, cada uno percibe la calidad sonora de distinta forma.
Sin embargo lo que está claro es que, cuando tenemos los oídos educados y sabemos distinguir diferentes matices musicales, hay calidades de diverso rango en absolutamente todos los aparatos reproductores que marcan la diferencia entre unos y otros obviamente. Es decir, que al margen de lo que uno pueda o no percibir, los estándares de calidad técnica de cada reproductor son los que son y no tiene mucha discusión al respecto. Unos alcanzan mayores rangos de frecuencias, impedancias, etc. lo que supone mejor claridad y calidad a la hora de la reproducción musical.
Lo digo más que nada porque dicha calidad afecta considerablemente a la fiel reproducción de la música que estemos escuchando, bien sea a través de auriculares (cascos) los cuales a su vez los hay de muy variada construcción, o bien mediante los sociables altavoces de estantería, también denominados 'bafles'.
Por mi parte, he probado a escuchar música en casi todos los ámbitos sonoros (como buen aficionado que soy): reproductores MP3 y MP4; equipos de alta fidelidad de gama media por componentes; equipos micro Hi-Fi; radiocasetes portátiles de varios tipos; Discman; Walkman; Incluso creo recordar que en una ocasión pude escuchar algo de música en un DAT (aquel formato que se preveía el futuro al inicio de la década de los años 90, y cuyo 'furor' pasó rápidamente, como también le ocurrió al 'famoso' Laser Disc)
En fin...que han sido muchos los formatos en los que he tenido oportunidad de escuchar música. Aunque sí es cierto que la mayor parte de mi tiempo dedicado a escuchar música, lo hago utilizando los cascos. Supongo que por un par de motivos: uno por la máxima concentración que me supone tener toda la información directamente a los oídos sin perder detalle alguno (cuanta más concentración mucho mejor), y por otro lado por la comodidad de no molestar a nadie.
Diré también que mi amplia colección de discos constituye una de las mejores librerías de recuerdos de mi ser. Para mí, lo más maravilloso de la música consiste en dejarse seducir por todas esas armonías que se suceden y que generan en nuestra mente esos momentos de felicidad tan intensos. Todos esos bellos momentos en los que tranquilamente disfruto de la escucha de esas canciones, van poblando las partes que generan los mejores recuerdos asociados a esas armonías y melodías tan preciosas. Recuerdos musicales que me marcaron fuertemente en mi etapa de adolescencia sobre todo. Por eso conservo ese sabor 'mágico' de todas las canciones que más me gustan, y más me han marcado. Y así será para siempre.
A veces, mientras yo me encuentro ajeno, de todos esos procesos de elaboración y creación de música de mis artistas favoritos (cosa que suelo hacer a menudo), me dejo llevar por un estado de ensimismamiento en el cual me pongo a escuchar esas canciones tan emocionantes, momento en el que explotan en mi mente todas esas sensaciones maravillosas y de felicidad. De esta manera creo poder explicar lo que siento cuando escucho mi música preferida. Imagino que a muchos de vosotros os ocurrirá otro tanto parecido. Es el poder de la música.
Otra cosa que suelo hacer (no se si vosotros también lo lográis hacer) es concentrarme en cada pista musical; o sea, en distinguir con cierta claridad cada instrumento que estoy escuchando por separado. Se coge por ejemplo la línea del bajo y se siguen todas sus notas; o se cogen los acordes de teclado de fondo... o los riffs de guitara... o las bases rítmicas... o cualquier otro instrumento o sonido que se desee. Requiere un poco de práctica, pero cuando se consigue, la experiencia es de lo más sensacional que hay. Es una verdadera pasada. Al menos a mí me ocurre así. Probad a hacerlo.
Solo queda encontrar el momento adecuado para sentarse (a poder ser) cómodamente y ponerse a escuchar y disfrutar con total tranquilidad y manteniendo la debida atención a nuestra música preferida; o en su defecto descubrir nuevos temas musicales; que por otro lado es una de la premisas a la hora de realizar este blog: el que muchos de vosotros podáis descubrir nuevos y excelentes trabajos discográficos, casi todos ellos parte fundamental de la historia de la música pop.
Luego, cada cual que decida de qué forma quiere escuchar la música; bien mediante el socorrido smartphone (yo lo uso bastante también, ¿por qué no?) donde la calidad sonora es más que decente (cuando se dispone de unos cascos de cierta calidad); o a través de un reproductor mp3 mp4; en vuestro automóvil o bien desde uno de estos modernos y grandes (o quizás no tan grandes) altavoces bluetooth amplificados...(para lograr una calidad aceptable, habrá que gastarse un poco más de dinero) Todo esto si estáis fuera del hogar, pues si no...en vuestra casa o la de los amigos, si tenéis ocasión de poder, como os decía antes, escuchar la música en un buen equipo Hi-Fi o cualquier micro-cadena (que también logran proporcionar un sonido más que aceptable) la experiencia merece la pena; os lo aseguro.
Obviamente cada cual tendrá su opinión y su forma de escuchar música; lo que es normal y lógico, y así debe ser. Al final lo que cuenta es desarrollar esta afición tan bonita, e ir cultivándola cuanto más, mejor. Por eso sentí la necesidad de escribir este post; que de alguna manera, a título personal, me pareció una buena idea. Se podría escribir muchísimo más acerca del tema en cuestión, pero tampoco quiero ser pesado. Considero que es suficiente con estas cuantas líneas que habéis leído atentamente.
Además, en estas fechas tan concretas, sentarse cómodamente en nuestro hogar a escuchar buena música, es todo un placer. Sobre todo cuando el tiempo en el exterior de nuestra vivienda es frío y lluvioso, la experiencia cobra mayor interés. Al menos a mí es lo que más me gusta en época de invierno sobre todo.
Muchas gracias por vuestra atención. Hasta el próximo post; y...Feliz Navidad.
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